El Cultivo del Maíz: Desde la siembra a la cosecha

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El maíz es una poacea anual de crecimiento rápido que, en la actualidad, cuenta con el título de ser el cereal más consumido y profundo del mundo, esto por encima del arroz, el trigo y el sorgo.

El maíz es originario de Mesoamérica, y en Europa, así como en el resto del mundo, empezó a ver una difusión en el siglo XVIII.

Esta es una planta sumamente versátil, y es un cultivo que tiene una gran capacidad de adaptarse a diferentes climas y suelos. Tiene una manera de consumo muy diversa, y es que son muchas variedades, lo que hace que sea tan demandado.

Desde Agriquipo te invitamos a continuar leyendo este artículo, pues hemos recopilado de manera detallada todo lo que debes saber sobre el cultivo de maíz, los puntos a cuidar, los requerimientos de este y también, algunos aspectos a tener en cuenta para garantizar su máximo rendimiento.

¡Vamos a ello!

¿Cómo se cultiva el maíz?

Así como sucede con la mayoría de cultivos, el maíz necesita de un suelo fértil, eso sí, la preparación no es diferente con respecto a otros cultivos. En ese sentido, se practican básicamente tres sistemas, los cuales son:

Estos tres sistemas cuentan con una cantidad importante de variaciones en su aplicación, así como sus puntos fuertes y aspectos a mejorar.

Siembra convencional de maíz:

Con un sistema convencional de siembra de maíz, viendo previamente seleccionado el terreno, se procede a la eliminación de malezas con un control mecánico de estas con el uso del arado.

De esta forma, las malezas, los restos de otras cosechas y la entomofauna, se ve triturada y añadida en el interior del suelo, comenzando la descomposición de la materia orgánica, un producto de la falta de luz y la acción de los diferentes microorganismos descomponedores, así como bacterias y hongos que actúan de manera ideal en este microclima.

Pasados los 15 días, la acción de la rastra, también de dos lotes de discos en forma de V, junto a un grupo convexo y otro cóncavo, es clave, pues se desmenuzan los terrones y restos de la maleza en la superficie, así como las semillas nuevas de malezas que broten nuevamente, y en este sentido, esto es algo que debe aplicarse un mínimo de dos pases cruzados.

Esta etapa es, por consiguiente, la de mayor importancia, pues un control bueno de la maleza va a permitir que las semillas puedan emerger, sin tener en contra factores como la humedad, los nutrientes y la luz, junto con las malezas, que igualmente son portadoras de enfermedades y plagas.

En este caso, cuando se riega por surcos, se usa previamente la surcadora, armando calles de hasta 70 cm, y en el caso del riego por aspersión, no se necesita surcar.

Características del cultivo del maíz

En general, el cultivo de maíz se caracteriza por adaptarse muy bien a los diferentes tipos de suelo, pero, son los que tienen un pH de 6 a 7 los más idóneos en este sentido.

Necesitan de un suelo profundo, deben ser ricos en materia orgánica y con una buena circulación del drenaje para evitar encharcamientos que provoquen una asfixia radicular.

En lo que respecta a la planta, las características principales son su elevada longitud, así como un tallo erecto que no tiene ramificaciones, siendo en este sentido, una planta robusta cuya producción es anual.

Pero esto es sólo una pequeña introducción, pues en los siguientes puntos vamos a conocer, más a detalle, los puntos clave para el cultivo de maíz.

Requisitos para el cultivo del maíz

Pasemos a conocer los puntos clave para el cultivo de maíz, los cuales se deben tener en cuenta para su éxito:

Época de siembra

La época de siembra del maíz coincide aproximadamente con la primera quincena del mes de mayo, una época en la cual se registran los rendimientos más altos.

La siembra directa en el maíz

La labranza mínima del maíz cuenta con variables externas, las cuales se conocen también como siembra directa con cobertura (SDC), y si bien diferentes estudios aseguran contar con una gran cantidad de beneficios con respecto a la textura, estructura, la retención de la humedad y la calidad general por parte de los suelos, estos también presentan diferentes limitantes. Como lo son por ejemplo, la necesidad de un manejo más cuidadoso por parte de las malezas, así como el manejo fitosanitario y los riesgos de compactación.

El riego en el cultivo del maíz

Considerando su exposición al aire, y las grandes superficies foliares, vemos que el cultivo de maíz necesita de mucha humedad e hidratación, sobre todo cuando las espigas ya se han formado.

En este caso, es cuando se recomienda regar alrededor de 10 a 15 días previos a la floración, y a lo largo de la floración se debe prestar mucha atención para mantener la humedad necesaria, pues de esto va a depender la cantidad de la producción.

Cabe destacar que, el riego más usado en el cultivo de maíz es el riego por aspersión.

¿Cómo preparar el suelo para la siembra del maíz?

Este es un cultivo que se adapta bien a todo tipo de suelo, pero, hasta el momento de formación y secado por parte del grano, el maíz requiere de nutrientes, un suelo bien abonado y rico en materia orgánica, que sea fértil, profundo, bien aireado y rico en humus.

Es fundamental evitar el encharcamiento del suelo, por ello, antes de la siembra, es necesario preparar el terreno a través de arado, de modo que quede esponjoso y completamente libre de plantas.

El cultivo del maíz se hace por medio de la siembra directa, y en este sentido, la técnica de sembrado se conoce como “a golpes”, la cual consiste en hoyos de 3 cm de profundidad aproximadamente, donde se depositan alrededor de dos o tres semillas.

Es importante dejar un espacio entre matas con el objetivo de evitar una polinización cruzada, además de garantizar una buena elección del lugar ideal para plantar, pero, es lo más común en este tipo de cultivos es realizarlo en hileras, pero, lo más recomendable es hacerlo en bloques con una separación de 35 cm entre cada planta.

Y por supuesto, es fundamental que, al momento de llevar a cabo la siembra, se seleccionen las semillas que son más resistente a las plagas y las enfermedades.

La fertilización en el cultivo del maíz

La fertilización es un punto clave en la producción del maíz, pues como ya comentamos anteriormente, esta es una planta que pide muchos nutrientes, y no solamente en cuanto a cantidad, sino que también con respecto a la fecha de aportación de dichos nutrientes durante las fases del cultivo.

Pero en líneas generales, se puede decir que las extracciones por parte del cultivo de maíz por Tn de cosecha son las siguientes:

  • Nitrógeno: 28 a 30 kg de N.
  • Fósforo: 10 a 12 kg de P205.
  • Potasio: 23 a 25 kg de K20.

Vale decir que, teniendo conocimiento sobre las extracciones y la analítica por parte del suelo, se sabrá que ya está todo listo para hacer el cálculo de la dosis de abonado.

La recolección

Con respecto al maíz dulce, se sabe que se cosecha cuando los granos presentan un color amarillo intenso, esto antes de que se pongan muy duros. En caso de que las mazorcas estén verdes, es importante esperar un poco, ya que su sabor no estará bien definido, mientras que, en el caso contrario, es decir, cuando están muy maduras, estas se vuelven más duras y con una textura pastosa.

En caso de que las mazorcas de maíz que se utilicen para las famosas “palomitas”, la cosecha se lleva a cabo en el momento que las hojas que cubren la mazorca, están secas.

Luego de realizar la recolección, para garantizar una duradera conservación, lo más conveniente es airearlas. En todo caso, la climatología es un factor clave en el cultivo de maíz, pues se puede cultivar en una diversidad importante de condiciones climáticas, especialmente en los climas templados, en los cuales se puede cultivar más de una sola cosecha en un mismo año.

Cuando se trata de climas más templados, el grano no va a presentar una maduración completa, y en este caso es importante tener claro que, alrededor del 40% de la producción de maíz alrededor del mismo, se da en América, lugar de climas cálidos por naturaleza.

La rotación en el cultivo del maíz

En el cultivo de maíz, lo normal es que se realice una rotación de cultivos, como sucede con la soja.

Dicha combinación va a favorecer sin duda al maíz, ya que, en el caso específico de la soja, se sabe que potencia la fertilidad por parte del suelo para el siguiente cultivo de maíz, puesto que disminuye la necesidad de que se apliquen productos combinados con el nitrógeno.

Para poder conseguir una recuperación por parte del terreno entre los cultivos, lo más importante es que se conserve la humedad del suelo.

Con este objetivo, lo más práctico es que usen técnicas de labranza cero, así como de paraquat de acción rápida, logrando de esta manera, un control más concreto de las malas hierbas.

Plagas y enfermedades

Llevando a cabo el procedimiento de cultivo correcto del maíz, con largas rotaciones, no es normal presentar problemas, especialmente en una fase avanzada del cultivo.

En fases iniciales sí que es posible que se presenten problemas, por ejemplo, que pájaros o ratones sean un inconveniente, pero es algo que se puede evitar usando una malla protectora y espantapájaros tradicionales.

Manejo de enfermedades del maíz

Una de las claves del éxito del cultivo de maíz es que esté sano y de mantenga productivo, ya que aplicar el método adecuado para disminuir la actuación de las enfermedades, o prevenirlas eliminando los agentes que la desencadenan, te va a ahorrar muchas pérdidas.

Algo que es fundamental para prevenir este tipo de problemas, es eliminar los restos de cosechas anteriores, además de eliminar las malezas del terreno.

Estas fueron algunas de las claves para el éxito del cultivo de maíz, un tipo de cultivo bastante resistente y que se adapta a todo contexto, por lo que trabajar en estos aspectos se logrará una gran producción.

José Mª Díaz Sánchez
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