La dendrocronología: conoce el pasado de nuestros bosques

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Con la dendrocronología de puede hacer algo que se ha escuchado desde hace mucho tiempo, y está en conocer la edad de los árboles contando los anillos de su tronco.

Es bastante curioso, ya que los árboles y hasta los arbustos suman a su tronco cada año, un anillo más; eso sí, esto no es algo que ocurra con cada planta maderera del mundo, unas, por ejemplo, porque crecen continuamente, como es el caso de las selvas tropicales, y en otras, porque generan más de un anillo al año, sobre todo en zonas donde el verano es más seco, particularmente.

En dichas latitudes, los árboles y arbustos realizan cada año una pausa en su proceso de crecimiento, ya que se ven condicionados por el invierno. Asimismo, la madera en el inicio de la fase de crecimiento es normalmente diferente a la del final, lo que hace posible diferenciar entre los anillos.

Son muchos los factores que influyen en el crecimiento de un árbol, pero en todo caso, y como consecuencia de ellos, el tronco está formado por una secuencia de estrechos y anchos anillos.

En ese sentido, es la dendrocronología la ciencia que se encarga de estudiar y entender estas secuencias, ya que dichos anillos reflejan todo lo “vivido” por el árbol, logrando de esta manera identificar acontecimientos importantes.

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¿Qué es la dendrocronología?

La dendrocronología es la ciencia encargada de estudiar las secuencias que tienen los anillos de crecimiento anuales que tienen los árboles y arbustos leñosos, esto con el objetivo de poder analizar los patrones espaciales y temporales de estos.

La variabilidad que se observa en dichas secuencias de crecimiento durante este tiempo, puede responder a la acción ya sea de uno o más factores, como pueden ser agentes biológicos (como pueden ser plagas), factores climáticos (como temporadas de sequías o frío), factores físicos (como incendios, avalanchas y demás) o factores humanos (como la Selvicultura).

¿Qué estudia la dendrocronología?

La dendrocronología se encarga de investigar la relación de todos esos factores mencionados con respecto al crecimiento radial o secundario a varias escalas espaciales (ya sea a partir de pocos km2, hasta continentes) y temporales, logrando estudiar hasta cientos de años.

Asimismo, la dendrocronología tiene diferentes ramas o subdisciplinas según el objetivo principal, y entre todas ellas, las más importantes son la dendroarqueología, dendroecología, dendroclimatología, así como la dendrogeomorfología.

La dendroarqueología, en su sentido más básico, consiste en el estudio de las dataciones de muestras históricas de madera (como puede ser barcos hundidos), muestras que pueden dar información importante de procesos o sucesos históricos.

En el caso de la dendroecología, se basa en estudiar la información de los anillos de crecimiento para lograr responder cuestiones ecológicas, dicho en otras palabras, determinar las relaciones entre los individuos de la misma o diferente especie con el medio que les rodea.

Con respecto a la dendroclimatología; aquí el objeto principal de estudio es el clima, por tanto, es la disciplina responsable del análisis de patrones climáticos pasados, presentes y hacer un pronóstico de los del futuro. Probablemente este último trabajo ha sido la línea de investigación que más se ha desarrollado hasta ahora.

Por último, está la dendrogeomorfología, que se encarga de estudiar la geomorfología, como los deslizamientos y movimientos de tierras, a través del estudio de los anillos de los árboles o los arbustos.

Es bastante curioso que las ramas de la dendrocronología pese a sus variaciones, tienen protocolos y metodologías similares.

Los orígenes de la dendrocronología

Inicialmente, esta técnica fue desarrollada durante el siglo XX de la mano de A. E. Douglass, quien fuese el fundador del Laboratorio de investigación de los Anillos de los Árboles, en la Universidad de Arizona. En ese sentido, y gracias a ella, es posible lograr fechar de manera aproximada la edad que tiene la madera y, de forma aún más imprecisa, la evolución que ha mostrado el clima en el pasado.

Claro, este es el origen de la dendrocronología como ciencia, pues la idea de este estudio data de mucho antes, pues incluso para el año 1737, era conocido el uso de los anillos de crecimiento para datar los fenómenos climáticos en Francia; por mencionar un ejemplo.

En todo caso, y desde su existencia como ciencia, en Europa, el botánico Bruno Huber fue quien comenzó a desarrollar dicha disciplina en la primera mitad del siglo XX, pero tuvieron que transcurrir más de 30 años desde la fundación del primer laboratorio para que alrededor del mundo se establecieran institutos similares.

El estudio de los árboles sin tener que talarlos

La dendrocronología permite conseguir la secuencia completa de un árbol vivo sin necesidad de cortarlo, y esto es algo que se hace a través de un perforador especial, donde se extrae un cilindro pequeño del árbol del tronco, con el que se obtienen todas las anchuras de sus anillos.

Pero, sí que en los que ya están muertos se usa la mayor sección posible, pues en dichos cilindros de podría llegar a perder información.

En ese sentido, la lectura de los anillos se realiza siempre en una dirección radial, desde el cámbium hasta el interior. Con respecto a lecturas de las muestras, vemos que se denominan como “cronologías elementales”.

En ese orden de ideas, y con el fin de verificar la precisión por parte de la lectura y para relevar la presencia de cualquier anomalía xilológica, como pueden ser anillos faltantes o anillos falsos, las cronologías elementales se confrontan mediante procesos de sincronización visual y estadística, lo que se denomina como “cofechado”, el principio básico de la dendrocronología y la técnica que garantiza que a cada anillo ha recibido la fecha más exacta de su formación.

Esto es algo que logra ajustando los patrones de anillos anchos y también los estrechos, entre tarugos de ese mismo árbol, así como de los árboles de la misma área o región. Después de que las cronologías elementales se muestren con un buen grado de sincronización, se puede empezar con el análisis de estas. Después, las cronologías se promedian de forma aritmética con el objetivo de obtener una cronología representativa del lugar examinado

¿Cómo se leen los anillos de los árboles?

Para hacer un análisis de los anchos de anillos, se usan muestran de barreno, las cuales son extraídas a una altura de 1.30 metros y rodajas. Después, dichas muestras se dejan en el laboratorio, de tal manera que consigan un equilibrio con las condiciones de higrotérmicas del ambiente.

Dichas muestras, para un segundo momento se colocan en un porta-muestra con los anillos perpendiculares al plano de soporte, y después se lijan, de tal forma que pueden evidenciar los anillos.

¿Podemos reconstruir el clima a través de la dendrocronología?

Ahora mismo, se puede tener conocimiento sin mucha dificultad de la temperatura que hizo ayer o sobre cuanto llovió hace un par de días en cualquier parte del mundo, y la dendrocronología puede ayudar en ese sentido.

Eso si, no todos los árboles van a ser sensibles a la variabilidad por parte del clima, y es por ello que se necesita ubicar una zona donde los árboles sufran de condiciones climáticas extremas. Por poner un ejemplo, en este caso nunca se hará una perforación en un árbol en una ciudad, ya que son árboles que no siempre estarán en condiciones climáticas variables y adversas.

No obstante, en el caso de aquellos emplazamientos que se consideran al límite, ya sea a una altitud elevada o un lugar en los árboles sólo reciben agua por parte de la lluvia, si que serán tomados en cuenta para este procedimiento.

La dendrocronología es una ciencia muy interesante que sin duda ha mostrado una evolución importante a pesar de su nacimiento no mayor a 100 años, logrando aportar datos interesantes del pasado en este sentido.

José Mª Díaz Sánchez
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