Uno de los factores que más afecta la productividad agrícola, sin lugar a duda, es la erosión hídrica o erosión por agua, pues hace que, de manera eventual, la tierra sea inadecuada para el cultivo; de allí la importancia de que el agricultor tenga la capacidad de identificarla para poder tratar el suelo correctamente.
En la actualidad y gracias a las técnicas y métodos de cultivo de la historia moderna, es posible solventar esta situación y controlar de forma óptima el estado del suelo, por ello la importancia de conocer en qué momento estamos ante la presencia de una erosión hídrica, cuáles son sus efectos y cómo podemos solucionarlo.
¿Qué es la erosión hídrica?
La erosión hídrica se puede conceptualizar como el desgaste que sobre los materiales duros de la tierra ejerce el agua; en otras palabras, se refiere al flujo de agua que se lleva las rocas que trae como consecuencia que un terreno se aplane o se desgaste su superficie.
Este tipo de erosión produce perdida de fertilidad del suelo, así como la perdida de materia orgánica y perdida de tierra en el área afectada.
Es muy común que en días lluviosos o de tormenta, observar los ríos o balsas llenos de agua de color marrón, esto se debe a que la tierra se mezcla con el agua y la enturbia.
El caudal de agua desplaza las partículas orgánicas e inorgánicas que se encuentran en el suelo, dejándolas en niveles muy bajos, lo que produce inundaciones de terreno a largo plazo y los residuos del suelo deteriorado, podrán con el tiempo constituir un nuevo suelo o formar parte de depósitos de agua cercanos, como lagos, ríos, arroyos, entre otros.
Comúnmente suele ocurrió con mayor facilidad en suelos arenosos y cuando se da por un fenómeno natural, no es posible que sea controlado por las personas.
Por ello es importante conocer el índice de erosión hídrica natural, lo cual va a depender de las propiedades de la tierra de cultivo y el clima predominante en la zona.
Tipos de erosión hídrica
- Erosión laminar: Consiste en el filtrado del agua y partículas livianas del suelo, las cuales están desprovistas de nutrientes esenciales; es la menos perceptible y es la más extendida.
- Erosión por arroyamiento: esta se produce cuando el agua forma canales totalmente erosivos, los cuales surcan el suelo; pueden ser de menor tamaño o regueros, que fluyan de acuerdo con la pendiente del terreno o que dejen surcos, es decir, pequeños rastros de agua que remueven las piedras a su paso.
- Coladas de lodo: Son formas de desplazamiento o derrumbe de suelos en forma de fluido, se da cuando la tierra supera la capacidad de absorción del agua haciendo que el suelo se remueva.
- Erosión en túnel: Es aquella donde se producen hundimientos y deslizamientos de tierra, debido a flujos subterráneos o a la existencia de rocas solubles en el terreno.
Efectos de la erosión hídrica en la fertilidad del suelo
La erosión hídrica afecta directamente la fertilidad del suelo, debido a que las capas más fértiles se encuentran en la superficie, es decir, en los primeros 30 cm de profundidad; en esta zona se concentran la mayor cantidad de materia orgánica y es la parte de la tierra donde hay más oxígeno y microorganismo, los cuales son asimilados por las plantas.
Cuando se deteriora la estructura del suelo, se dificulta posteriormente el ingreso de agua, lo cual disminuye considerablemente a cantidad de agua útil disponible para cualquier cultivo.
De igual manera la perdida de nutrientes ocurre por la percolación en el perfil del suelo, por absorción de sedimentos arrastrados por el agua de escorrentía, entre otros.
Los cambios de las propiedades en el suelo que se producen por la erosión hídrica generan alteraciones en sus niveles de fertilidad y por ende en la capacidad de sostener una agricultura productiva, pues disminuyen los contenidos de materia organiza y nutrientes y la estructura del suelo se degrada perdiendo consigo la capacidad de retención y absorción de agua.
Los impactos a largo plazo de la erosión hídrica en la fertilidad del suelo
La erosión del agua supone la pérdida de la capa fértil del suelo, es decir, de la calidad del suelo, reduciendo la capacidad de retención de agua, lo que deriva en consecuencias económicas que son difíciles de estimar.
Calcular la cantidad de fertilizantes o abonos que se necesitan para recuperar las pérdidas de nutrientes y materia orgánica que se han perdido a causa de la erosión hídrica, es difícil de estimar, lo que sí es seguro, es que ello representará a mediano y largo plazo una cuantiosa suma de inversión monetaria.
Otro impacto a largo plazo que produce la erosión hídrica es la calidad del agua, pues las partículas del suelo degradado llegaran a las fuentes de agua cercana, lo cual cambia su contenido químico y reduce los niveles de oxígeno que se encuentran en ella, lo que dificulta aún más el cultivo.
De igual manera, se debe sumar el hecho que las sustancias químicas nocivas que contiene la tierra también son arrastradas a los lagos, arroyos y ríos que son la fuente principal de abastecimiento en cultivos, lo que conlleva a que el suelo no sea óptimo para la producción agrícola.
Todo ello se resume en que el proceso de erosión produce daños específicos en el suelo agrícola; se reduce considerablemente la productividad del suelo, se produce degradación de tierra, desciende el nivel freático del suelo, produce depósitos infértiles, etc.
Cómo evitar la erosión hídrica en nuestra explotación agrícola
Para no perder cantidades inimaginables de suelo agrícola fértil con el paso de los años, es importante tomar medidas para prevenir la erosión hídrica; entre ellas podemos mencionar las siguientes:
Siembra directa
La siembra directa se refiere a un tipo de cultivo extensivo, el cual permite sembrar ajustadamente en el suelo, sin que exista la necesidad de labrar ni remover la tierra; con ello se reduce considerablemente la erosión hídrica además de aumentar el porcentaje de materia orgánica y nutrientes en el suelo.
El arado constante del suelo aumenta los procesos que oxidan la materia orgánica y produce mayor cantidad de gas de efecto invernadero (CO2), además de disminuir la resistencia del suelo; por ello con la siembra directa se acumulan rastrojos año tras año incrementando la capa superficial con materia orgánica, mejorando considerablemente la permeabilidad y reduciendo la erosión hídrica del suelo.
Agricultura de conservación
La agricultura de conservación puede evitar hasta en un 90% la erosión hídrica, mediante la rotación y diversificación de los cultivos. Esta técnica se basa en alterar lo menos posible la mecánica del suelo, mediante la cobertura permanente con material vegetal y la rotación de los cultivos.
Con este método se incrementa la productividad y por ende las ganancias del agricultor, pues no solamente protege el suelo de la erosión hídrica, también revierte la degradación, protege el medio ambiente y contribuye a disminuir los efectos del cambio climático.
Para lograrlo se implementan técnicas de labranza de conservación incrementando el contenido de materia orgánica, se nutren las plantas con minerales, agua y dióxido de carbono para que realicen sus funciones vitales y se seleccionan y conservan las semillas que se adaptan al ambiente de la región.
Cultivo de cobertura
Cuando los suelos están descubiertos son más propensos a sufrir las consecuencias de la erosión hídrica, pues un suelo labrado al descubierto se convierte con el paso del tiempo en un suelo vulnerable no solamente a la erosión, sino también al calentamiento y a la perdida de fertilidad y de microorganismos.
Por ello se recomienda cubrir el suelo el mayor tiempo posible, como, por ejemplo, en los cultivos extensivos, donde el trigo es cosechado en verano y no se siembra hasta octubre, dejando el suelo cubierto de rastrojo, para trabajarlo antes de volver a sembrar.
Conclusión
Con el paso del tiempo se hace indispensable llevar registros en la explotación agrícola, de manera de tomar precauciones para evitar la pérdida de fertilidad del suelo. Entre muchos factores es importante tomar las previsiones necesarias para evitar la pérdida de suelo agrícola productivo a causa de la erosión hídrica.
Entre una de las opciones que para los expertos es fundamental, es incluir cultivos de cobertura debido a que con ello la masa vegetal impedirá el impacto directo de las gotas de lluvia sobre el suelo, logrando reducir significativamente la velocidad de escurrimiento superficial del agua.
De igual manera, las raíces favorecerán la aireación del suelo, para dejar conductos una vez que se descomponen, que facilitan el ingreso del agua a capas más profundas. Los escurrimientos superficiales también son una alternativa viable para evitar los efectos de la erosión hídrica.
Por ello, los productores deberán adaptar los sistemas de producción de acuerdo con cada ambiente y actividad agrícola, con lo cual se reduciría considerablemente el riesgo de pérdida de terrenos fértiles, mediante la asesoría de expertos calificados y de la adquisición de maquinarias de Agriquipo, que ofrecen soluciones a la medida de cada necesidad.
- Es obligatorio un seguro para tractores - 4 de julio de 2024
- Aplicación de purines: Normativa y recomendaciones - 4 de julio de 2024
- Funcionamiento del inflado desde la cabina del tractor - 4 de julio de 2024