¿Cómo surgió la agricultura?

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Desde la aparición del hombre sobre la faz de la Tierra, existe la inquietud por saber cómo surgió la agricultura, de manera que sobre ella se pudiera sembrar y cosechar gran cantidad de diferentes plantas que sirvieran de alimento a los primeros habitantes de este mundo.

Es indudable que la misma naturaleza provee métodos para la proyección de las siembras, como es la polinización que realizan la gran cantidad de abejas que pululan en el aire, y que sustraen en sus pequeñas patitas el polen necesario para fertilizar a otras plantas.

Con el correr de los años, el hombre descubrió que, sembrando semillas de diferentes especies arbóreas, se podían cultivar grandes extensiones de terreno en una forma más organizada.

De manera que pudieran recibir abundante agua en las épocas de invierno, y de paso recolectar fácilmente la cosecha de frutas, legumbres, cereales y hortalizas.

Con el devenir de los años, los métodos de siembra fueron dando paso a la agricultura, que significaría tener un conjunto de conocimientos para saber cuándo sembrar productos vegetales tales como:

Trigo, legumbres, granos, maíz, frutos y pastos que sirvan para la alimentación del ser humano y del ganado.

De modo que la necesidad de alimentarse, fue llevando al hombre a aplicar nuevas técnicas y métodos de riego, la elaboración de terrazas, la trilla, el arado y con ello la necesidad de crear instrumentos de labranza para facilitar el trabajo de la siembra y la recolección de frutos.

¿Cuál es el origen de la agricultura?

De acuerdo a los comentarios de las líneas precedentes, podemos deducir que la agricultura tuvo sus comienzos en la época del neolítico, hace aproximadamente unos 10.000 años.

Ahora, de acuerdo a documentos encontrados en excavaciones arqueológicas, se han encontrado papiros que indican que esa actividad no fue obra de un solo grupo poblacional.

Esta aseveración indica que, que tuvo su origen rudimentario en una cantidad importante de poblaciones cercanas entre sí, pero que se diferenciaban genéticamente, y que, impulsados por la necesidad de conseguir la forma de alimentarse, comenzaron a sembrar diferentes semillas que fueron recolectando de las frutas que caían de los árboles.

Dicha actividad posee un gran peso específico en el desarrollo económico de cualquier país, y aquí en España es considerada de gran importancia.

Sencillamente, porque requiere de bastante mano de obra, lo que sin duda alguna contribuye claramente con la necesidad de tener suficientes jornaleros que se ganan el sustento diario para mantener a su familia.

Por otra parte, el hombre fue abandonando la idea de cosechar un solo tipo de hortalizas y frutos y se adentró en experimentar con otros frutos, hasta el punto de que hoy en día la gran diversidad de cultivos es capaz de mantener los anaqueles de los supermercados, repletos de todos los frutos habidos y por haber.

Los inicios de la agricultura

Desde el principio de los tiempos el ser humano se vio en la necesidad de procurarse alimentos de una u otra forma para poder sobrevivir.

Indefectiblemente con los prodigios de la naturaleza, se fue dando cuenta que la mejor forma de conseguir alimentos, era sembrando las semillas, las cuales al ser cultivadas proveerían comida suficiente para su grupo étnico.

No caben dudas que existen formas naturales de polinizar plantas, las cuales al caer sobre la tierra y recibir unas cuantas gotas de agua, comienzan a echar raíces, lo que a la larga se traduce en la cosecha de alguna especie vegetal que serviría para el consumo de las diferentes poblaciones.

Hoy en día, con los avances de la tecnología, la agricultura cuenta con una cantidad muy importante de insumos necesarios, tales como plaguicidas, que protegen a las plantaciones de diferentes parásitos dañinos para su normal desarrollo.

Los fertilizantes dotan a la tierra de suficientes sales minerales para favorecer el normal y fuerte crecimiento de las plantas.

Esto con la intención de que produzcan alimentos bien balanceados para el consumo del ser humano, que se deleita comiéndose unas deliciosas bananas o unas apetitosas patatas.

Es obvio que en la agricultura pre y postdiluviana, no se conocían estas técnicas modernas y poco a poco el hombre fue descubriendo métodos para proteger sus plantaciones y mejores métodos para la recolección.

La agricultura en la antigüedad

Como comentamos en las líneas anteriores, la agricultura fue una técnica que provino por la necesidad que tenía el ser humano de ese entonces, de conseguir la mejor forma de alimentarse.

Fue en el período del Neolítico que se comenzaron a dar los primeros pasos para recolectar semillas y sembrarlas con la idea de que produjeran algún tipo de alimento.

De esta manera se empezaron a formalizar ordenadamente los territorios para cultivar, y en ella paulatinamente iban sembrando semillas que recogían en sus caminatas diarias, con la sana intención de que produjeran suficiente alimento para la incipiente población de seres humanos, que aprovechaban hasta lo más pequeño de lo que cultivaban.

La agricultura en la edad moderna

Desde luego hace muchos años que la agricultura ha venido sufriendo renovaciones y adelantos donde han proliferado masivamente la inclusión de muchas herramientas agrícolas.

Estás, facilitan el buen desenvolvimiento de las labores en el campo para tener mayor productividad, y todas ellas las encuentran en Agriquipo.com, donde con solo hacer clic lo atenderán.

No hay dudas de que los gases de efecto invernadero causan muchos daños a los sembrados, acelerando la pérdida de importantes cantidades de frutos y granos.

Lo mismo sucede con el pasto tan necesario para el ganado, el cual se encuentra seriamente afectado por el daño que provocan residualmente estos gases.

De hecho, comentar lo más importante de la agricultura en la edad moderna, conlleva una serie de desafíos.

Porque como ya sabemos, la parte más importante de estas transformaciones ocurrieron a principios del siglo XVIII con la puesta en marcha de la conocida y recordada revolución industrial.

Se da por terminada a finales del siglo XIX, aunque en los actuales momentos se sigue desarrollando con nuevos métodos de cultivo, donde la domesticación de un gran número de animales se utiliza para acceder a zonas encumbradas en las altas montañas de muchos lugares del mundo, permitiendo la siembra de muchas especies alimenticias.

Es por ello que la Organización de las Naciones Unidas, a través de su gestión por medio de la FAO, tiene como meta primordial tratar de erradicar el hambre en el mundo para finales del año 2030 como la meta más significativa en la lucha por las desigualdades, de manera que gran porcentaje de seres humanos no mueran por esa causa.

La agricultura hoy

Efectivamente, hoy en día se han venido desarrollando una serie de movimientos socioeconómicos que indican que la mejor forma de alimentarse saludablemente es por medio de los productos obtenidos del subsuelo.

Siempre y cuando sean comidos adecuadamente, se lograría una alimentación balanceada totalmente natural sin ningún tipo de perjuicio para nuestra integridad física.

No hay dudas de que alimentos con alto contenido de azúcares, almidones y harinas de diversas especies, causan a lo largo del tiempo reconocidos problemas de obesidad.

Esto conlleva a estar sometidos a grandes restricciones de consumir alimentos que contengan grandes cantidades de estos productos refinados, como el azúcar, por ejemplo.

La sabia naturaleza puso al alcance de nuestras manos suficientes alimentos que no causan ningún daño a nuestro organismo.

Lo que tenemos que hacer es tomar en consideración la mejora constante de nuestros hábitos alimenticios, de manera que podamos alcanzar la edad dorada en perfecto estado de salud y sin mayores achaques.

Las clínicas y hospitales están repletas de pacientes obesos que no quieren someterse al régimen de productos obtenidos por medio de la agricultura, los cuales están dotados de una importante cantidad de nutrientes necesarios para el consumo humano, que le garantizarán una vejez más sana.

Tú mismo con un poco de tiempo puede preparar en su casa un pequeño almácigo donde pueda cultivar matas de lechuga, tomate, pimentón, entre otros.

Así disfrutarás cada momento que lo desee la ingesta de una deliciosa ensalada llena de nutrientes, debidamente rociada con abundante aceite de oliva, que es el más saludable.

José Mª Díaz Sánchez
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