¿Qué es el Tempero?

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Tempero es un término que se emplea cuando en la agricultura se refiere a que el grado de humedad de la tierra, al igual que su soltura obtenida está en un estado óptimo para que el proceso de siembra sea exitoso.

En líneas generales, lo más puede definir al tempero es el nivel de humedad que tenga la tierra. Entonces, un buen punto de tempero para determinarlo a simple vista es básicamente a través de tomar un puñado de tierra apretarlo y abrir nuevamente nuestra mano, si esta mantiene la forma de la mano y no la supera, quiere decir que el nivel de humedad está en su punto óptimo.

Además, para los agricultores que realizan el arado del suelo resulta necesario tener conocimiento sobre el tempero. Así que toma nota y presta atención al contenido de este artículo, ya que la información está cargada de muchos aspectos interesantes. ¡Empecemos!

¿Cuál es la base del tempero?

Desde un punto de vista técnico esta es una palabra relacionada como ya mencionaba en un inicio, con la plasticidad o cohesión que tenga la tierra.

En ese sentido, cuando la tierra está seca, es decir, tiene un mínimo nivel de humedad, esta se agrieta, tiene mucha fragilidad y fácilmente se puede disgregar. Esto lo que hace es que al caminar sobre ella se rompa al mismo tiempo que pierde su forma.

En esta línea, el suelo va a provocar los famosos terrones, los cuales representan un peso muy elevado dificultando cualquier tipo de plantación. Además, entre tantos huecos propios de una tierra seca es muy probable que se pierda la semilla.

Si le damos la vuelta a la tortilla, no encontramos en el contexto de una tierra con la humedad suficiente para perder su forma sin romperse en pequeños agregados. Este estado de la tierra es bastante óptimo, ya que al arar no se van a formar enormes masas de tierra.

Ahora pasamos al extremo, cuando la tierra se encuentra en un estado barroso después de una lluvia o riego tipo manta, es decir, su tierra tiene un alto nivel de humedad. En este caso realizar el arado obviamente resulta imposible, puesto que al estrujar la tierra con la mano solamente saldrá el agua.

Tempero el mejor momento para labrar

Para determinar este factor debemos hablar en primer lugar de lo siguiente:

Tempero y el estado óptimo del suelo para labrar

En este sentido vamos a poner dos escenarios diferentes:

1. Solo se debe realizar un chequeo o notar una tierra sin la humedad necesaria al momento del arado. Aparecen unos terrones enormes de tierra bien compactos.

Posteriormente a ese primer arado se requiere una labor complementaria (nuevo pase) para acabar con estos terrones y así dejar la tierra en un estado óptimo para sembrar.

2. Ahora vamos al otro extremo, el cual sería la realización del arado con un suelo bastante húmedo (culpa de la lluvia o un reciente regado).

Al realizar el arado de este suelo el contexto es de tierra pegada en las herramientas que intervienen en el labrado, de tal manera que se genera una masa que no tiene las cualidades óptimas para la siembra.

Entonces ¿cuándo debo realizar el labrado?

Este par de escenarios no son ideales para la siembra como notaste, es por ello por lo que debemos encontrar un punto medio.

Esta es una labor complicada, y a pesar el agricultor deberá esperar a que la tierra esté seca si ha llovido, en caso de que esta se encuentre completamente seca, encontrar el punto ideal es lo difícil.

Normalmente, se opta por dejar con terrones al suelo después del arado para luego realizar una tarea complementaria y así romper con ellos, dejando al suelo listo para sembrar.

Más que experimentar, encontrar el punto medio trata de instinto, pues el agricultor por medio de su experiencia deberá reconocer cunado el suelo está en las condiciones ideales de tempero.

Además ¿Cuándo se debe realizar el arado?

Para clasificarlo en un punto óptimo, el tempero es básicamente la mitad entre muy seco y muy húmedo, ya que tanto un suelo con niveles de humedad excesivos, como con una sequía intensa, son contextos en los que la siembra no se puede realizar.

Pero bueno, si nos ponemos más técnicos dejando de lado el tema de experimentar e intuir, podemos decir que el tempero está en la tierra cuando su humedad supera un poco el mínimo con el que esta se puede deformar sin romperse, y menor al punto de humedad en el que prácticamente los objetos al contactar con la tierra quedan pegados a ella. Es una tarea compleja, pero se puede lograr.

¿Por qué realizar la labor de arar con tempero?

La respuesta más sencilla a esta pregunta es que realizar esta labor brinda ventajas mayores que realizarlo en cualquier otro momento. A su vez, cuando el suelo se encuentra muy seco proporciona una resistencia mayor al avance por parte del apero, provocando un incremento en el coste de la operación considerablemente.

Por otro lado, su resultado va a evitar el hecho de llevar a cabo de manera directa la siembra.

En caso de que el suelo esté muy húmedo, el momento que pase por la tierra el apero y el tractor, esta se va a deformar de tal manera que genere la huella del neumático del tractor que se suele delatar en este proceso de labrado.

En cambio, si el suelo tiene mucha agua, toda la maquinaria se va a resbalar y se complicará mucho su adherencia, haciendo que el coste sea mayor de la misma manera que en el caso anterior.

Teniendo todo esto en cuenta, el tempero se recomienda finalmente para todos los escenarios donde se realice un arado del suelo, donde sus condiciones físicas no sean las óptimas o requiera una mejora por su parte.

A su vez, debes tener en cuenta que este es un proceso que tiene sus ventajas e inconvenientes, además se precisa de un estudio según el contexto de cada agricultor de manera independiente.

José Mª Díaz Sánchez
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